Buenas noticias. Con ciertas medidas de seguridad y gracias a una alianza entre productores, mánagers y artistas; Uruguay se convertirá en el primer país de Latinoamérica en el que regresen los conciertos en vivo.

Como es de conocimiento general, la pandemia ocasionada por el covid-19 ha paralizado varias industrias a nivel mundial, entre ellas la del entretenimiento, siendo una de las más golpeadas. Se han cancelado conciertos en todo el mundo, ya que las aglomeraciones de personas son el principal foco de contagio y

propagación de la enfermedad, por lo que artistas y productores han tenido que adoptar ciertas medidas para poder seguir con sus actividades.


Aunque el primer concierto con la “nueva normalidad” fue realizado el pasado 9 de julio en “La Trastienda” en Montevideo, el evento que marcará un punto y aparte en la capital uruguaya será un festival llamado “Suena Uruguay”, que se llevará a cabo el 14, 15, 21 y 22 de agosto con 12 artistas repartidos en dos escenarios.

Cabe resaltar que el Festival con mascarillas para circular por las salas, público sentado, alcohol en gel en las mesas y prohibición de consumir en la barra, las salas de conciertos uruguayas han sido las primeras de Latinoamérica en reabrir tras el parón por la pandemia.

Nicolás Ambrosio, responsable de la Sala del Museo de Montevideo, declaró que los meses han sido muy complicados. «Cuando nos anunciaron el 13 de marzo que debíamos parar todo, teníamos unos 25 shows marcados para los próximos meses y una agenda prácticamente cerrada con muchos artistas internacionales, por lo cual no sólo hubo que ver cómo salir de la situación de no tener un ingreso sino rearmar todo el año con una gran incertidumbre», puntualizó.

Las entradas para “Suena Uruguay” ya se encuentran disponibles. Es así que este fin de semana, la música en vivo regresa al país oriental.

Precisamente La Trastienda albergó el que sería su último concierto en cuatro meses el 13 de marzo, el día en que el gobierno de Uruguay decretó la emergencia sanitaria por la aparición de los cuatro primeros positivos por la COVID-19. Ese lapso, como expresa su director, Danilo Astori Sueiro, estuvo marcado por “mucha incertidumbre y angustia” en la escena musical.

Por eso, con la colaboración del Gobierno y el trabajo en comisiones, se llegó a un protocolo con reducción de aforo de músicos y espectadores que dio solución a la actividad cuando, se estima, de ella dependen unos 10.000 trabajadores del país.

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