Reseña: Mystagogue – And The Darkness Was Cast Out Into the Wilderness (2019)
Por: Marcos DC

Tracklist:
1. Bereaved of light
2. The gift of grief upon the black earth
3. And the darkness was cast out into the wilderness
4. Here in the white silence of the dawn
5. And shrieking winds lash the oceans into madness
6. A nacreous-tinted halo of bright sorrow
7. Nothing but the night-black mantle
8. The splendour of our demise

Estamos frente al debut de una nueva banda de Black Metal, en este caso proveniente de Holanda y editada por el sello alemán Vendetta. Mystagogue es un proyecto conformado el año pasado por dos integrantes: Maurice de Jong (batería) y Wesel Reijman (guitarra, bajo, teclado y voz).

El álbum, conformado por ocho tracks, dura casi 23 minutos, lo que ya desde el vamos habla de un trabajo directo, con composiciones cortas, rápidas y contundentes. La música de estos holandeses tiene reminiscencias de varios antecedentes como Taake, Endstille, tal vez algo de los primeros trabajos de Gorgoroth. Melodías marcadas, cambios sugerentes dentro de cada tema, teclados atmosféricos y una voz bastante aguda de cadencia rabiosa.

Bereaved of light comienza con una llamativa intro de teclados, hasta que la rabia se desata. Blastbeats, bases de bajo simples pero efectivas, guitarras con el típico tremolo del género, hasta que se abren momentos melódicos en cortes calmos. La voz del cantante por momentos se desgarra de un modo similar al de Hoest de Taake.

The gift of grief upon the black earth, ya prescinde de toda intro, y tiene un ritmo más hardcore, que invita al headbanging, alternando con los recursos ya mencionados del Black Metal.

And the darkness was cast out into the wilderness es un tema que se orienta más al elemento épico, si se quiere, que puede tener el género, manteniendo siempre una veta rítmica y melódica que hace sacudir la cabeza. Los teclados se vuelven más atmosféricos y fortalecen el clima.

El álbum sigue con Here in the white silence of the dawn, una canción muy melódica y de ritmo más tranquilo, con una sonoridad hasta de Goth Rock, o quizás del Blackgaze del que tanto se está hablando ahora, a partir de bandas como Deafheaven.

And shrieking winds lash the oceans into madness retorna a la rápida crudeza, sin abandonar nunca los riffs pegadizos y las melodías marcadas.

Luego, A nacreous-tinted halo of bright sorrow, adquiere un tono más melancólico, la voz aparece limpia por primera vez, el ritmo se enlentece y la guitarra despliega riffs gancheros.

Nothing but the night-black mantle recupera la velocidad sin ceder un ápice en el tinte nostálgico. Hay que recordar que el teclado siempre está contribuyendo para evocar esas emociones.

El disco finaliza con The splendour of our demise, una composición que sigue la línea que hila a todo el trabajo, sin nada disruptivo, simplemente cerrando una obra pareja en su propuesta general.

Puede decirse que estamos ante un interesante debut, de un proyecto con potencial para desarrollarse en direcciones que tal vez lo distancien un poco más de sus notables influencias que, por el momento, pueden opacarlo, en especial para los conocedores del género.

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