LiveReview/Reseña: BARONESS y SOLDATI en Argentina - "Cuando dos son multitud..."

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BARONESS y SOLDATI en vivo: «Cuando dos son multitud…»

¿Es suficiente solamente 2 bandas en escena para satisfacer la saciedad de música en vivo?, si hablamos de Soldati y Baroness en una misma noche, si. A lo largo de la crónica explicaré porqué.

El Sábado 22 de Junio, una vez más nos sumergimos en el mar de propuestas que ofrece Uniclub, podríamos a esta altura, ubicar al local de Buenos Aires como uno de los más importantes para las grillas de música pesada, y si no pega en el palo. En esta oportunidad, ofició de invitados el grupo argentino Soldati.

La banda está liderada por Sergio Ch, guitarrista y voz, quien tiene una amplia trayectoria en la música; Fue miembro fundador de la mítica banda Los Natas, allá por los años 90, luego en el 2009 armó Ararat, y creó el sello discográfico South American Sludge Records. El trío se completa con Lucas Cassinelli en bajo y Alfredo Felitte en batería, quién también lo acompaña en Ararat.

Soldati subió puntual a las 20hs. Con poca interacción con el público desplegó todo su viaje musical de Rock Stoner y Sludge Doom Metal. Sobre sus espaldas llevan trabajos discográficos como “El Fuego Quema” (el más reciente, editado en el 2019), “Aurora”, “El Látigo y las Riendas”, y “El Nudo en la Soga”, producciones que contienen una sola canción, no me atrevo a catalogarlo simplemente lanzamientos de singles, básicamente aparentan ser una obra completa en si misma, ejemplo, «Aurora» es un tema de 13:25 minutos.

Pero no nos pongamos tan puristas con las etiquetas, lo que interesa es saber cómo estuvo el show de ellos en Uniclub, y al decir verdad, se notó la profesionalidad y fuerza de la banda. No defraudó, la experiencia arriba de un escenario y un sonido solido logró una certeza para abrir la noche.

Uniclub prácticamente lleno, la gente no utilizó mucho su celular para grabar o sacar fotos y no porque no lo ameritaba, ya que más arriba escribí que el show no defraudó, sino que era suficiente la vivencia del momento.

Muchos artistas que piden que por favor disfruten el momento y no usen tanto el celular, les hubiesen caído una lágrima de satisfacción. La primera parte, cuota nacional, pasó y ahora le tocaba continuar y no apagar la llama encendida de un buen espectáculo, la banda principal de la noche: Baroness.

Pasadas las 21hs, sonó una intro – que habrá durado dos minutos y medio – para dar paso a «A Horse Called Golgotha» y arrancar un imponente show de Baroness. El guitarrista y vocalista John Baizley, con su larga barba, cantó con una voz clara y prolija. En algún momento frenó la euforia de los fanáticos para que puedan navegar en los sonidos que interpelaban en intros o antes que comenzaran sus canciones.

La banda estadounidense tiene la característica de titular todos sus discos con colores, ya que Baizley es artista plástico y el diseñador de las portadas, trabaja en la teoría de los colores, también lo plasma en la iluminación del show, teniendo en cuenta la técnica propia del lugar, que podría limitar lo deseado. Grandes canciones de ellos sonaron; «Morningstar», «Shock Me», «Bordelines» y también más recientes como «Tourniquet» y «March to the Sea».

A criterio personal, Baroness, suele repetir formulas, sin embargo, es incuestionable su nivel musical. Es destacable la energía del grupo y el aporte al show de cada uno. Desde Nick Jost, su bajista, hasta Sebastian Thomson, su baterista. Gina Gleason, la simpática guitarrista, reemplaza a Peter Adams, el último violero que tuvo antes que ella formara parte (2008 a 2017).

Gina también es una talentosa guitarrista, participó en Cirque du Soleil en el espectáculo “Michael Jackson: One” y de gira con la banda Smashing Pumpkins, entre otras cosas. Acaparó la atención de más de uno y una.

Sebastian, luego de tomarse el habitual descanso antes de los últimos temas o falso final, agradeció en perfecto castellano y pronunció su emoción de tocar en el país, ya que nació en la provincia de Chaco, Argentina. John, habló poco y agradeció, pero permaneció varias veces con la sonrisa, sintiéndose cómodo con el público. Cerraron con «Take My Away Bone», y concluimos que no hacía falta más, que junto a Soldati, completaron la noche. Y sí, me imagino que más de uno estará contradiciéndome y refutando “para mí no fue suficiente, amigo, queremos más de Baroness y Soldati, queremos verlos otra vez” y contra eso no tengo replica negativa, sino afirmativa.

La mirada de Gabriel Stopper, fan de Baroness y director de “De Delfines & Dragones Digital Zine”

“Pertenecer tiene sus privilegios” rezaba una publicidad… pertenecer a un pequeño grupo de fans también los tiene. Un abrazo con un desconocido, un choque de puños celebrando el inicio de “Shock Me”, una cerveza compartida y un clima de calidez, que enmarcaron la primer visita de Baroness a nuestras tierras en 15 años. Los escuché por primer vez hace unos 10 años creo, de la mano de Mariano Martín (actual Horcas, ex Mastifal y otras).

De ese momento busqué sus discos (pocos en su larga trayectoria), y cada uno de ellos logró emocionarme de diferentes formas. Un show que inició a las 21:15 con “A Horse called Golgotah” y siguió con un repertorio de sus “clásicos”; pero que, podría perfectamente haber sido todo “un solo disco”… tienen esa capacidad de hacerte ir a diferentes climas, incluso extremos y siempre tener su sonido único y personal. Ver el rostro sonriente y sorprendido de Baizley detrás de su barba, al oírnos corear los solos de guitarra, fue un reflejo de lo que nosotros los fans vivíamos.

Ese show esperado, breve (unos 90 minutos), pero sólo interrumpido por un par de agradecimientos y un break ínfimo antes de los últimos dos temas…

Remeras de Overkill, Napalm Death, Rush, Galactic Cowboys, Mastodom, daban cuenta de la amplitud de sus oyentes… Esperaba “Take my Bones Away” y llegó al cierre final. Mis huesos de casi 50 años de antigüedad parecían salir por mi garganta; gratitud…